Cuando la lectura se hace muy cuesta arriba para vuestros hijos e hijas es normal que empecéis a buscar ayuda profesional para ver qué sucede. Es posible que el orientador o la tutora del cole os hayan hablado de que todavía no está preparado para leer, o que confunde letras, o que no comprende lo leído, pero sabemos que en muchas ocasiones todavía os quedan dudas acerca de cómo ayudar a vuestros peques.

Lo primordial en estos casos es que os centréis en el nivel madurativo del niño/a y no en su edad cronológica. Cada peque lleva su ritmo en cada uno de los diferentes hitos del desarrollo, y es importante respetarlo para no sobre exigirle. Además, es fundamental ir cubriendo cada etapa, sin saltarnos ninguna de ellas, porque de hacerlo estaremos desestabilizando unas bases que pueden interferir en aprendizajes futuros.

A continuación, os ofrecemos unas pinceladas de cómo se desarrollan las habilidades lectoras para que podáis detectar en qué etapa se encuentra vuestro niño/a y conozcáis que tipo de cuentos le favorecen en cada momento. Pero antes queremos aclarar que, aunque un buen nivel de lenguaje oral no es un requisito indispensable para adquirir la lectura, sí que se considera recomendable tener en cuenta que son aprendizajes que van muy relacionados entre sí. Por tanto, si tu hijo o hija está teniendo notables dificultades a nivel verbal, quizá sea recomendable esperar un poquito a que se encuentre preparado para aprender a leer, pero podéis aprovechar los cuentos como recurso para estimular su lenguaje y sus habilidades pre-lectoras. Notaréis que ha llegado el momento de iniciar la estimulación lectora cuando vuestro peque muestre curiosidad por saber qué pone en algunas palabras que vea escritas en su entorno.

En el momento en el que un niño o niña abre un cuento se empiezan a estimular habilidades pre-lectoras, fundamentales para un aprendizaje lector posterior. Por ello, cuanto antes se le exponga a literatura infantil, más pronto empezará a mostrar interés por la misma. ¿Sabíais que existen cuentos para bebés? Si quieres saber cómo reconocerlos pulsa aquí.

Conforme van madurando, los peques empiezan a hacer reconocimientos visuales de las palabras como unidades completas, aunque no son capaces de identificar lo que quieren decir. Por ello, los cuentos ideales para esta etapa tienen textos breves y sencillos, y una clara predominancia de imágenes que les ayuda a interpretar y entender la historia. Vosotros, como adultos, podéis facilitarles esta lectura leyéndola vosotros, siguiendo con el dedo aquellas palabras que vais pronunciando, ya que quizá muestren cierto interés por ir fijándose en el texto.

Más tarde, poco a poco van aprendiendo a distinguir los distintos caracteres y aprendiendo el alfabeto, hasta llegar a leer sus primeras palabras, aunque les cueste hacerlo con soltura. Generalmente reconocen con más facilidad las mayúsculas que las minúsculas, y suelen iniciarse con la lectura de su nombre, así como con aquellas palabras que contengan las letras de su nombre. Igualmente les resulta más sencillo leer palabras breves. Por ello, una buena opción para esta etapa son aquellos cuentos que tienen una imagen con la palabra escrita debajo; esto les ayudará a aprender a asociarla con su significado, facilitando así la comprensión lectora más básica.

Es en este momento cuando podéis aprovechar para incluir también actividades de conciencia fonológica. Por ejemplo, nombrar palabras que empiecen por un determinado sonido, al tiempo que les mostráis dicha letra escrita.

A medida que el niño/a va evolucionando y su habilidad lectora se va estimulando notaréis que empiezan a leer palabras más largas. Escucharéis que lee las sílabas en voz alta, pero esto es normal, puesto que así facilitan la comprensión. También suelen prestar más atención al principio y al final de la palabra para intentar adivinar lo que pone. Para ello lo ideal son los cuentos con pocas palabras y textos grandes, ya que les ayudarán a coger soltura.

En ocasiones los peques presentan algunas dificultades de pronunciación que posiblemente se vean reflejadas también en el modo en que leen. Otras, sin embargo, la lectura les facilita el aprendizaje y generalización de los fonemas alterados. Por ello os recomendamos que no desestiméis el recurso de la lectura si el niño/a muestra interés por la misma aunque presente este tipo de alteraciones en el habla, y que consultéis con vuestro profesional de referencia para recibir orientación específica al respecto.

Si el desarrollo lector sigue su curso, los niños y las niñas aprenden a juntar esas palabras de manera más seguida para pasar a ser capaces de leer frases o pequeños párrafos. Cuando esto sucede, podéis seleccionar cuentos que contengan pequeños textos breves, donde la predominancia sea todavía la imagen que facilite la comprensión de la historia.

En ocasiones podéis observar que vuestro hijo/a no termina de comprender el sentido global de la frase o texto. Para ello podéis ofrecer cuentos con vocabulario más simple o frases más sencillas, aunque consideréis que sean propios de etapas inferiores. No pasa nada por mantenernos en niveles más básicos hasta que vuestros peques estén preparados para avanzar. También existen cuentos que incluyen pictogramas intercalados en su texto para favorecer la accesibilidad y la comprensión de la historia. En muchos de ellos, los pictogramas traen debajo la palabra escrita para seguir estimulando la lectura convencional.

A medida que se va practicando la lectura, es posible que poco a poco vayan ganando fluidez y velocidad lectora. Si esto no sucede, o seguís notando que leen como a golpes, o se saltan palabras o líneas completas, o invierten letras o fragmentos de palabras, os recomendamos que acudáis a un profesional para recibir orientación específica.

No os angustiéis si sentís que vuestro hijo/a se estanca en una etapa determinada. Es importante que sepáis que ningún aprendizaje es lineal, y que lo fundamental es que disfrute teniendo un cuento entre manos. Recordad también la importancia de respetar su ritmo y su nivel madurativo, y cuando esté preparado para avanzar, lo hará.

Por último, siempre os vamos a aconsejar que os dejéis guiar por los profesionales que atienden a vuestro hijo/a, tanto del colegio como del Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana; ellos/as os sabrán orientar acerca del nivel madurativo en el que se encuentra vuestro/a peque y qué es lo que mejor le viene en cada momento.