Llega el verano, y con él las vacaciones de los peques. Es un periodo de descanso, de disfrute y de relax en familia, pero con frecuencia a los padres nos cuesta gestionar todo ese tiempo libre que de repente aparece en nuestro día a día, y que hace que todo se desbarajuste un poco. Sin saber muy bien cómo, las rutinas se desajustan, el sueño se altera, las comidas no siempre son todo lo saludables que nos gustaría… Y además, nos encontramos con muchas horas con las que entretener a nuestros hijos e hijas, que siguen teniendo sus necesidades como niños que son: jugar, moverse, aprender a gestionar sus emociones, explorar el entorno que les rodea, etc.

Por ello, este periodo vacacional con frecuencia genera cierto estrés para los padres, pero aquí os ofrecemos algunas orientaciones que pueden ser de utilidad para sobrellevar el verano con éxito:

• Rutinas. Estar de vacaciones no implica que todas las rutinas que teníais bien instauradas durante el curso escolar tengan que desaparecer. Es cierto que el buen tiempo invita a cambiar un poco los horarios habituales, como, por ejemplo, despertarse antes o más tarde de lo normal, o alargar un poquito más las tardes, y esto quizá retrase el momento del baño y de la cena, pero esto no quita para que sigáis manteniendo una secuencia ordenada de tareas diarias. Es muy recomendable, por tanto, ser algo más flexible en los horarios, pero continuar con el hábito instaurado de colaboración en las tareas de casa (recoger sus juguetes, ayudar a hacer su cama, echar su ropa sucia en el cubo…), la autonomía personal (vestirse, asearse…) y los tiempos de “trabajo” (repaso escolar si está en edad de llevarlo a cabo) y ocio (jugar, ir al parque, a la piscina…). Para ello podéis crear un horario visual donde plasmar en imágenes (dibujos o pictogramas) o por escrito, según la edad, qué hay que hacer en cada momento del día; esto les dará seguridad y estructura. Si quieres ampliar información sobre horarios visuales pulsa aquí.

• Sueño. Las horas de descanso también se suelen ver alteradas en verano. Hay peques que madrugan más al amanecer antes, mientras otros prefieren dormir más ahora que no tienen la obligación de levantarse a una determinada hora. Por las noches sucede algo parecido; algunos niños/as caen rendidos muy pronto por la alta actividad física que conlleva el verano (colonias urbanas, baños en piscina o playa…), mientras a otros les cuesta más conciliar el sueño porque anochece más tarde. Sea cual sea vuestro caso, es importante que conozcáis que puede haber variaciones en el patrón del sueño de vuestro peque, y es recomendable tratar de adaptarnos lo más posible a sus necesidades. Quizá si llegan muy cansados al final del día podéis ofrecerles dormir una siesta después de comer para reponer fuerzas. Y si son de los que les cuesta conciliar el sueño por la noche, podéis bajar las persianas una hora antes de irse a dormir para favorecer la producción de melatonina, y al mismo tiempo ayudarle a bajar su nivel de actividad, y mantener su rutina del sueño habitual.

• Alimentación. Es frecuente que a los peques les afecte el calor en la forma de alimentarse. A algunos les da por comer más, mientras otros parece que pierden el apetito. También es habitual que se relajen un poco los hábitos alimenticios, cambiando quizá los horarios, y/u ofreciendo algún dulce más de lo habitual.  Aunque sea verano es fundamental mantener una dieta saludable y equilibrada, y aumentar la hidratación, y seréis vosotros, los adultos, quienes debéis pautar qué y cuándo comer en cada momento del día. Pero es importante también respetar sus necesidades sin forzar.

• Mantener y/o ampliar responsabilidades. Durante el verano es recomendable seguir llevando a cabo aquellas responsabilidades que ya teníamos asignadas cada miembro de la familia. Por ejemplo, uno pone la mesa y otro la recoge, o ayuda a poner la lavadora y otro tiende la ropa, o recogemos los juguetes antes de pasar al siguiente juego… Además, el periodo vacacional es un buen momento para enseñar a tu peque a colaborar en otras tareas de casa que antes no hacía, puesto que, por lo general, todos estamos más relajados y esto favorece el aprendizaje.

• Repasar contenidos curriculares. Durante el curso escolar los peques han trabajado multitud de contenidos, y de la noche al día dejan de acudir al colegio, por lo que la exposición a este tipo de aprendizajes desaparece. Es cierto que merecen un descanso y hay que concedérselo, sobre todo nada más comenzar las vacaciones. Pero el verano es muy largo, y el día tiene muchas horas, por lo que seguro podéis sacar un ratito, más o menos amplio en función de su edad, para refrescar aquellos conceptos que han ido aprendiendo con tanto esfuerzo durante los meses anteriores. No es necesario convertirnos en profesores ni ponerles deberes, sino que lo ideal es ayudarles a generalizar los aprendizajes a través del juego. Si no sabéis qué contenidos reforzar, lo mejor es que antes de finalizar el curso os citéis con el tutor/a de vuestro hijo/a para que os oriente.

• Uso de pantallas. Propuesta: Está comprobado que, siempre que nos encontramos con más tiempo libre, se incrementa el uso de las pantallas (televisión, tablet, móvil, videoconsolas…). Es fundamental que los peques no tengan “barra libre” por mucho que sean vacaciones, y que sigamos siendo los adultos quienes gestionen los tiempos de exposición a este tipo de dispositivos en función de su edad, así como el contenido que ven. Si no sabes cuánto tiempo diario es recomendable para tu peque, pulsa aquí. Os recomendamos que, además, informéis a los niños/as del tiempo que van a poder disponer de este tipo de estímulos, y que les anticipéis el momento de finalización con intención de evitar o, al menos, reducir su enfado cuando llegue el momento de apagar. Para ello, podéis emplear medidas de tiempo que sean capaces de comprender en función de su nivel madurativo: por ejemplo, ver “x” capítulos de la serie que le gusta, o mostrarle dónde va a señalar la aguja del reloj cuando haya que apagar la Tablet. Tampoco hay que olvidar que nosotros somos su ejemplo a seguir, por lo que, si estamos todo el día con el móvil entre manos, es incongruente que les digamos que ellos no pueden utilizarlo todo el tiempo que quieran.

• Tiempo de disfrutar. Las vacaciones están para descansar y para dedicarle tiempo a lo que más nos gusta, y esto también es aplicable a los niños/as. El verano es un momento maravilloso para disfrutar en familia, haciendo actividades como ir a la piscina o a la playa, cocinar, viajar, leer juntos, jugar, disfrutar de la naturaleza, quedar con amigos, visitar a familiares, etc. Así que os invitamos a dedicarles tiempo de calidad a vuestros peques y a disfrutaros todo lo que podáis.

Esperamos que con estas orientaciones paséis un feliz verano.