15 Julio, 2024
Porteo ergonómico

Parece que el porteo sea una moda, pero portear a nuestros hijos/as es tan antiguo como el ser humano, mientras que los carritos de paseo tienen algo más de dos siglos de vida. El porteo no sólo es un modo para transportar a los peques, sino que tiene otras muchas ventajas y ofrece importantes beneficios tanto para ellos/as como para quien portea. Algunos de estos beneficios son:
Para el bebé
- Ayuda a calmarlo. El contacto con el porteador y el movimiento de balanceo continuo ayudan al bebé a entrar en un estado de seguridad y calma. Los bebés en brazos o porteados, por lo general, lloran menos.
- Mayor calidad de sueño. Un bebé tranquilo y seguro tiene menos dificultades para conciliar el sueño. El contacto y balanceo les ayuda a conciliar el mismo.
- Favorece su desarrollo. Portear reduce el riesgo de plagiocefalia, mejora su tono muscular y respeta la curvatura fisiológica de la espalda. También previene la displasia de caderas.
- Mejora el tránsito intestinal. Es un buen aliado cuando tienen problemas digestivos (reflujo, gases, estreñimiento…)
Para el porteador
- Alternativa al carrito. Es muy útil cuando existen barreras arquitectónicas, o cuando el paseo en carro es incompatible con la actividad.
- Manos libres. Dan calma al bebé mientras podemos seguir haciendo tareas cotidianas.
- Promueve el apego seguro. Portear proporciona beneficios emocionales también para quien portea.
- Favorece la lactancia. Tener al bebé cerca hace que la madre segregue más prolactina y aumente la producción de leche. Además, permite reconocer con más facilidad los primeros signos de hambre.
Existen muchos tipos de sistemas para portear a los bebés y niños/as, y elegir cuál dependerá de la etapa evolutiva de cada peque y de vuestras preferencias.
Tipos de porteo
Fular. Es el más versátil dada su amplio abanico de colocación. Se compone de una tela larga rectangular que se coloca alrededor del porteador y bebé, y se puede usar desde el nacimiento hasta el final del porteo.

Mochila. Cuenta con un cinturón a la cintura del porteador, un panel que cubrirá al bebé, y asas como las mochilas convencionales que irán unidas entre sí por un broche de seguridad. Su tiempo de uso dependerá del modelo y fabricante (edad-kg mínimo y máximo).

Onbuhimo. Tiene el mismo mecanismo de la mochila, pero no tiene cinturón. Esto permite que se utilice durante el embarazo, tras cesárea o si hay problemas de suelo pélvico. Su tiempo de uso dependerá del modelo y fabricante (edad-kg mínimo y máximo).
Mei Tai. Es una mezcla de los dos anteriores; tiene la forma de la mochila, pero las asas se colocarán como el fular, es decir, irá anudado debajo del bebé o a la espalda del porteador.

Portabebé Porto. Tiene un panel en la espalda del porteador y se ajusta al bebé a través de 2 anillas. Se anuda como el fular. Este sistema no permite portear a la espalda.
Bandolera. Es una tela rectangular de unos 2 metros que se ajusta con 2 anillas metálicas. Las hay de diferentes tejidos, al no ejercer presión sobre el área abdominal es otra buena opción para utilizar durante el embrazo, tras cesáreas o si hay problemas de suelo pélvico. Nos servirán desde el nacimiento hasta el final del porteo. Al colocarse de manera asimétrica, no serán una buena opción cuando los peques son mayores si tenemos que portear largos periodos de tiempo.

¿Y en la montaña?
No es necesario utilizar una mochila especial para la montaña; normalmente las que encontramos específicas para ello son grandes y pesadas. Además, el niño/a está separado del porteador, y las piernas cuelgan afectando a las caderas, dejando que caiga todo el peso sobre los genitales del bebé. Una mochila ergonómica con un cobertor impermeable, o colocando al bebé una gorra o gorrito será la mejor opción para las excursiones.
¿Qué debemos tener en cuenta para portear adecuadamente?
- Respeto a la forma del bebé. Sea cual sea el sistema de porteo que utilicemos (fular, mochila, mei tai, porta bebé porto, o bandolera), toda la zona que esté en contacto con el bebé deberá ser de tela o rejilla para adaptarse completamente a la forma del bebé y mantener su espalda en forma de C. Además, se deberá ir adaptando conforme crezca y su espalda se vaya enderezando. Un truco a tener en cuenta: si lleva relleno, almohadillas o no puedes enrollarlo con facilidad NO es ergonómico.
- Muslos incluidos. El panel que sostenga la espalda del bebé tiene que abarcar los muslos de corva a corva. Para ello, debe llevar un sistema que permita modificar la anchura conforme el niño/a crezca.
- Piernas en M. Las rodillas del bebé tienen que quedar siempre por encima de su cadera. Esto ayudará a que la pelvis esté basculada y a mantener la espalda en una posición correcta (en forma de C).
- A la altura de los besos. La cabeza del bebé deberá quedar siempre a la altura de los besos del porteador. Si queda más arriba o más abajo puede ser perjudicial para la espalda de quien lo lleva.
- Vías aéreas siempre despejadas. El sistema de porteo no debe cubrir nunca la cara del bebé, y su nariz y boca deberán permanecer siempre fuera.
- Sujeción de las asas. En el caso de mochilas con asas para recién nacido (se pueden utilizar desde los 3,5 kg. normalmente, según cada marca), éstas deben ir enganchadas al cinturón de la misma, y nunca a la zona que cubre la espalda del bebé. Este cambio se podrá realizar, como pronto, a partir de los 6 meses aproximadamente, cuando el niño empiece a sentarse solo.
- Cuidado con los pies. Evitaremos las prendas de vestir que llevan los pies incluidos en ellas, ya que ejercen presión sobre los dedos, pudiendo dañar las uñas y dedos del bebé.
- Menos es más. El niño/a debe ir cómodo durante el porteo, así que evitaremos ponerle abrigos o buzos. Se recomienda optar con cobertores o abrigos de porteo que cubren al bebé por fuera de la mochila. En verano es importante no sobre abrigar.
- En la espalda, desde que el porteador se sienta seguro. No hay una edad mínima para portear a la espalda; sólo es necesario que el porteador se sienta seguro y sepa colocar correctamente al bebé en esa posición.
- Nunca mirando hacia delante. Poner al niño de cara al mundo hace que se fuerce la posición de su espalda, manteniéndola recta incluso en extensión forzada. Además, todo el peso cae sobre el área genital pudiendo producir dolor, las piernas cuelgan y pueden afectar a la articulación de la cadera, hay sobreestimulación visual, y existe riesgo de asfixia si el borde de la mochila queda a la altura del cuello.

Por tanto, para llevar a cabo un buen porteo y que este sea seguro, deberá respetar las condiciones anatómicas y fisiológicas tanto del bebé como del porteador, adaptándose al cuerpo de ambos y nunca al revés.
Si tenéis dudas de cómo portear adecuadamente a vuestro hijo/a, consultad con vuestra profesional de referencia.