16 Febrero, 2023

¿Por qué a mi hijo no le gusta disfrazarse ni que yo me disfrace?

Dos niñas, una contenta y otra enfadada

Cuando nos ponemos un disfraz, dejamos de lado por un tiempo nuestra identidad, y disfrutamos de ello porque sabemos que, cuando retiremos el disfraz, volveremos a ser quienes somos. Sin embargo, este concepto de identidad lo vamos desarrollando e integrando como propio desde nuestro nacimiento hasta aproximadamente los tres años, aunque dependerá, como en todo, del desarrollo madurativo de cada peque.

Gracias a haber comprendido cuál es nuestra propia identidad podemos entender que, aunque físicamente nos veamos diferentes al ponernos un disfraz, o un complemento, o un adorno, no dejamos de ser nosotros mismos, ni nos convertimos en ese personaje, y esto nos da seguridad y tranquilidad, e incluso nos llega a divertir.

Bebé llorando

Cuando esto es integrado por parte del niño, también entienden que su papá o mamá, por mucho que se coloque complementos que le hacen parecer diferente, no deja de ser su persona de referencia. Si los peques todavía no han podido elaborar todo esto, es posible que estas situaciones las vivan con angustia en lugar de disfrutarlas.

Por otro lado, hay niños/as a los que les genera mucha ansiedad cualquier acontecimiento que se sale de la rutina, así como situaciones poco comunes o diferentes de lo cotidiano. Estos aspectos se deben ir abordando poco a poco, a veces con ayuda u orientación de un profesional, por lo que os recomendamos no obligar a vuestro hijo/a si no quiere disfrazarse; quizá le estamos enfrentando a situaciones que todavía no está preparado para comprender o gestionar.

Niña con cara de disgusto

Ya habrá tiempo de disfrazarse y de disfrutar de ello, pero cuando sea su momento.

Para ampliar o aclarar esta información, no dudes en ponerte en contacto con tu profesional de referencia de Atención Temprana.