16 Mayo, 2023

¡No te vayas sin despedirte!

Una madre besa a su hijo en brazos

Querida/o mamá/papá:

Me encanta cuando me llevas al colegio, a jugar a Dfa o cuando me llevas a casa de los abuelos y de los tíos. Pero como me gusta tanto estar contigo, a veces me pongo triste y lloro cuando nos tenemos que despedir. Si te vas a escondidas, sin decirme nada, me asusto mucho porque pienso que no te voy a volver a ver nunca más. Y cuando te vas y me dices a lo lejos: “adiós, pórtate bien”, me quedo muy triste.

Cuando nos despidamos prefiero que te agaches a mi altura, me des un abrazo o un beso fuerte y me digas “te voy a echar de menos, te quiero mucho, nos vemos cuando termines de jugar, pásalo genial”. Así me quedaré más tranquilo, y en seguida disfrutaré de todas las aventuras que se me pongan por delante.

No te preocupes si hasta ahora no lo has hecho así, tú también estás aprendiendo.

Muchas gracias papá/mamá.

Te quiero un montón.

Padre con su hijo en brazos

Cuando llega el momento de separarnos de nuestros hijos e hijas (al dejarlos en la guarde o colegio, al acudir a terapia, al dejarlo un ratito con los abuelos o con los tíos, etc.), con frecuencia caemos en la tentación de marcharnos sin despedirnos para tratar de evitar que los niños sufran. Sin embargo, aunque a nosotros los adultos nos alivia no verlos llorar en ese momento, ellos siguen sintiendo nuestra ausencia, pero con la diferencia de que, además, no saben cuándo vamos a volver, por lo que su inseguridad y su ansiedad aumentan.

Alrededor de los 7-9 meses aproximadamente aparece en los bebés de manera natural la llamada «ansiedad por separación». Esto sucede cuando empiezan a percibirse a sí mismos como seres independientes de su madre, ya que previo a esa edad, los bebés sienten que él y su mamá forman un único ser. Cuando se aproximan a esa edad, empiezan a ser conscientes de que pueden llegar a separarse de esa persona de apego con la que han creado un vínculo afectivo seguro (que generalmente suele ser su mamá, su papá, o aquella persona con la que pase gran parte del tiempo). Por ello, cuando esa persona de referencia desaparece de su campo de visión, lloran y se angustian.

Conforme van madurando esta ansiedad por separación se va reduciendo hasta desaparecer porque van comprendiendo mejor lo que sucede a su alrededor. Sin embargo, aunque sean más mayorcitos, el que acepten que nos vayamos no significa que no les importe, y pueden mostrarse en desacuerdo a través del llanto, de la tristeza o incluso del enfado. Además, la noción del tiempo tarda varios años en adquirirse, por lo que debemos saber que, para los peques, cuando no estamos presentes sienten que desaparecemos. Por ello es importante despedirnos de ellos e informarles de que vamos a volver, ya que esto logrará bajar poco a poco su nivel de ansiedad.

Madre y niño

¿Cómo despedirnos de manera adecuada?

  • Nuestra actitud es importante; nos agacharemos a su altura y le explicaremos desde la calma que nos vamos. Le diremos también unas palabras de afecto («te quiero mucho», «te echaré de menos», etc.) mientras le damos un abrazo, un beso, o le hacemos alguna caricia. Por último, le contaremos que dentro de un rato volveremos a buscarlo. Todo ello le dará confianza y tranquilidad.
  • Es fundamental no mentirle diciéndole que nos vamos a quedar esperándole al otro lado de la puerta cuando esto no va a suceder. Es mejor ser sinceros con él o ella y contarle que os reencontraréis pasado un tiempo. Por ejemplo: «Te veré después de comer», «Nos vemos a la hora de leer el cuento en la cama», «Volveremos a encontrarnos cuando termines de jugar aquí». Cuanto más concretos seamos, mejor.
  • La duración de la despedida también es importante. Prestarle la atención que requiera tu peque en ese momento le confirmará que sus sentimientos nos importan. Pero, aunque es necesario demostrarle nuestro cariño en este momento difícil para él o ella, lo recomendable es que esta despedida no se alargue mucho en el tiempo.

¿Cuándo hay que empezar a despedirse de los niños y niñas?

Os recomendamos que las despedidas se lleven a cabo desde que son bebés, puesto que, aunque no comprendan nuestras palabras, la comunicación no verbal puede ayudarles a sentir nuestro cariño y confianza en ese momento.

Madre e hijo

Todas estas recomendaciones en los momentos de las despedidas favorecerán que los peques comprendan poco a poco que no importa si a veces os tenéis que marchar, porque pese a ello les seguís queriendo y siempre volveréis. De este modo se establecerán vínculos sólidos de confianza entre vosotros.