6 Noviembre, 2024
Mi hijo se despierta varias veces por la noche... ¿Qué hago?

Los desvelos y despertares nocturnos suelen resultar muy agotadores, y en especial cuando éstos se mantienen en el tiempo de forma continuada. En este artículo os ofrecemos una serie de trucos que pueden ayudaros a que vuestros peques se despierten menos durante la noche, pero antes es importante tener en cuenta dos aspectos básicos:
- Hasta los 12-18 meses el patrón de sueño no es lo suficientemente maduro, por lo que antes de esta edad, es muy normal que se produzcan despertares durante la noche. ¿De qué depende que sean más o menos? De la sensibilidad de cada peque, de sus rutinas, de sus horarios…
- La edad de tu peque es importante, pero también deberemos tener en cuenta si tu hijo/a presenta algún tipo de trastorno o desfase en el desarrollo. Esto influenciará significativamente en su patrón de sueño y, por tanto, no es aconsejable hacer una comparativa con los peques de su misma edad, puesto que su ritmo es diferente. Consulta con tu terapeuta de confianza para que te oriente sobre la edad madurativa correspondiente a tu hijo o hija.

Dicho esto, vamos con las recomendaciones:
- Mantener una rutina. La anticipación es una herramienta muy importante para los peques. Les ayuda a entender qué va a ocurrir y, además, en el caso del sueño infantil, le ayuda al cerebro a saber que tiene que empezar a sintetizar melatonina para dormir plácidamente toda la noche. Por tanto, es muy recomendable seguir siempre la misma rutina, que empezará entre 1,5 – 2 horas antes de irnos a dormir. En este tiempo vamos a eliminar cualquier tipo de luz blanca (pantallas, móviles, luces tipo led frías…) y sonidos excitantes. Las luces que se recomiendan en este tiempo son las cálidas, rojas o anaranjadas, ya que le indican al cerebro que se acerca la hora de dormir. En este tiempo también es recomendable hacer siempre las mismas acciones. Por ejemplo, recoger los juguetes, cenar y baño. Si tu peque tiene dificultades en el desarrollo es muy recomendable hacer uso de horarios o agendas visuales; en ella podremos mostrarle mediante imágenes la secuencia de acciones que vamos a hacer hasta irnos a la cama.

- Hacer un ritual justo antes de conciliar el sueño. Este se debe realizar en la habitación donde vamos a dormir. Se trata de actividades que relajen al peque y que favorezcan el descanso. Puede ser un suave masaje, cantarle o escuchar una canción calmada, susurrarle un bonito cuento, o bien hacerle unos arrumacos y caricias. Este ritual no debería durar más de 15 minutos y conviene que sea en la mayor oscuridad y silencio posible.
- Enseñar a tu peque la autonomía en el sueño. Es importante que, si tu hijo/a presenta hábitos externos para conciliar el sueño (por ejemplo, dormirse siempre en balanceo, o sólo dormirse mientras toma pecho), trabajemos poco a poco sobre ellos para que, cuando se despierte durante la noche, no necesite de ese apoyo para volverse a dormir. Conviene ir potenciando esta autonomía a la hora de conciliar el sueño desde que empiezan a tener un patrón de sueño similar al de los adultos (6 meses aproximadamente), pero esto no es algo que se aprenda rápidamente. Además, esto suele ser más complejo en peques con dificultades en el neurodesarrollo, por lo que podemos pensar en hábitos externos que no nos supongan un desgaste físico y/o mental durante la noche, como el uso de doudous o peluches para dormir, o algún ruido blanco.
- Potenciar el colecho. Si tu bebé tiene menos de 18 meses es muy recomendable que sigas la práctica del colecho, el cual puede hacerse en la misma cama o bien en una distinta, pero compartiendo habitación. Hay muchos estudios que nos indican que los bebés que realizan colecho duermen mejor porque transitan de una forma más natural el hito del desarrollo llamado “ansiedad por separación”.
- Cumplir con el descanso diurno proporcionará un buen descanso nocturno. Es un mito lo que se dice coloquialmente de “cánsalo durante el día y así dormirá más por la noche”. El exceso de cortisol (hormona del estrés) en el cerebro impide que se sintetice melatonina. Por tanto, cumplir adecuadamente el horario de las siestas, así como su duración, ayudará a que tu bebé se despierte menos por la noche. Además, es importante que tu peque no exceda las ventanas de sueño, es decir, que durante el día permanezca despierto un tiempo determinado según su edad. Os mostramos una tabla orientativa para tomar como referencia.

- Estar al aire libre y exponerlo a la vitamina D. Cada vez más estudios sobre el sueño infantil en peques con problemas en el neurodesarrollo nos dicen que hay una relación directa entre el déficit en vitamina D y un peor descanso nocturno. Por tanto, es muy recomendable exponer a los hijos/as en las primeras horas del día a la luz solar y al aire libre. Esto ayuda a consolidar el ritmo circadiano en el cerebro de tu peque.
- Descartar causa física. Cuando las rutinas y los hábitos están bien establecidos y aún así continúan los despertares nocturnos, tenemos que preguntarnos si hay algo externo que esté propiciando los despertares nocturnos:
- ¿Está tomando alguna medicación que puede afectar a su ciclo natural de sueño?
- ¿Está en un proceso evolutivo importante como puede ser la salida de dientes, el progreso en hitos evolutivos (lenguaje, motor, etc…), o la ansiedad por separación?
- ¿Presenta ronquidos o duerme con la boca abierta?
- ¿Ha habido cambios importantes en su vida últimamente? Por ejemplo, inicio de la escuela infantil o colegio, reincorporación de la madre al trabajo, nacimiento de un hermanito/a, etc.
- Si crees que la causa pueda ser física, no dudes en consultar con tu pediatra. Si la causa crees que pueda ser psicológica, pregunta a tu terapeuta de confianza.
Por último, recuerda que la mejor receta para cualquier reto en el desarrollo es grandes cantidades de amor, una taza de constancia y una pizca de paciencia. Conseguir que tu bebé se despierte menos por la noche es un gran desafío, ¡pero no es imposible! ¡Ánimo!