14 Febrero, 2025

La importancia de las funciones ejecutivas. ¿Qué son? ¿Para qué nos sirven? ¿Cómo podemos desarrollarlas?

Un niña con un cubo de Rubick

Las funciones ejecutivas son las habilidades cognitivas que necesitamos para desenvolvernos en nuestro entorno y conseguir nuestros objetivos. Estas son la atención, la planificación, la memoria de trabajo, la toma de decisiones, la autorregulación, la inhibición y la flexibilidad cognitiva. Nos permiten establecer metas, diseñar planes, organizar tareas en el tiempo y en el espacio, seguir las secuencias establecidas, seleccionar las conductas apropiadas, adaptarnos a las nuevas demandas del entorno cuando sea necesario, y autorregular nuestro comportamiento.

Todas estas funciones implican componentes tanto de naturaleza cognitiva como emocional, y juegan un papel esencial en la regulación de la conducta orientada a un objetivo. Estos componentes no maduran completamente hasta la edad adulta, pero empiezan a desarrollarse en las edades tempranas.

A continuación, vamos a desarrollar brevemente en qué consiste cada una de ellas:

Autorregulación

Supone una habilidad fundamental en el desarrollo cognitivo, académico y socioemocional a lo largo del ciclo vital.  Nos ayuda a gestionar nuestros pensamientos, emociones y conducta. Las habilidades de autorregulación permiten afrontar adecuadamente la resolución de tareas complejas, de acuerdo con sus capacidades y competencias personales.

Ejemplo: Cuando un niño pierde en un juego, la autorregulación es la capacidad que tiene de reaccionar ante esa situación de una manera adecuada (aceptándolo, tomándolo como un reto, gestionando bien el enfado…).

¿Cómo favorecer su desarrollo? En cualquier situación del día a día en el que sea necesario regular la propia conducta, ofreciendo alternativas posibles de solución, asegurándonos de que las comprende y modelando la puesta en práctica.

Funciones ejecutivas

Memoria de trabajo

Es la capacidad de almacenamiento temporal de información y su procesamiento. Se trata de un espacio en el que la información específica está disponible para su utilización y transformación durante un periodo concreto de tiempo. Está directamente relacionada con la atención.

Ejemplo: Si un profesor le pide a un alumno que se siente, abra el libro por la página 3 y comience a leer, está interviniendo la memoria de trabajo para poder desarrollar la tarea. Primero el alumno tendrá que retener las órdenes que se le han pedido, y luego poder ejecutarlas una a una.

¿Cómo favorecer su desarrollo? Con juegos que impliquen retener información: podéis esconder objetos en diferentes lugares en presencia del peque y más tarde pedirle que encuentre objetos concretos; juegos tipo Memory; repetir una lista de palabras o dígitos; nombrar elementos de una misma categoría (por ejemplo, animales de granja); describir los pasos a seguir para conseguir objetivos (cómo hacer la mochila, o preparar la mesa para comer).

Inhibición

Es la capacidad de ignorar los impulsos o la información irrelevante, tanto interna como externa, cuando estamos haciendo una tarea, y siendo capaz de controlar las respuestas impulsivas (o automáticas).

Ejemplo: Estáis en un cumpleaños y la niña quiere coger el primer trozo de tarta nada más salir. La inhibición se encarga de que pueda esperar a coger ese primer trozo hasta que se le diga. 

¿Cómo favorecer su desarrollo? Con juegos que exijan poder controlar la conducta (por ejemplo, el juego de “Monos locos”, juegos de equilibrio con bloques, etc.), con juegos con normas (“Sólo puedes coger los bloques azules”) y/o con turnos.

Funciones ejecutivas

Flexibilidad cognitiva

Nos permite contemplar las diferentes alternativas de una misma situación, y poder así adaptar la conducta y el pensamiento a otras más novedosas, cambiantes o inesperadas del entorno.

Ejemplo: El hecho de que el peque acepte que la comida puede estar colocada de manera distinta cada vez, o que puede estar mezclada, es gracias a la flexibilidad. Otro ejemplo sería ante una misma situación social (un niño se cuela en la fila de entrada al colegio), poder responder de diferentes maneras.

¿Cómo favorecer su desarrollo? Cambiando pequeñas rutinas del día a día haciéndolas más divertidas (por ejemplo, cambiar el sitio en el que se come normalmente, o el recorrido para ir al colegio…); dar diferentes usos a los objetos; cambiar roles; jugar al mundo al revés, etc. El objetivo es ofrecer alternativas de respuesta válidas ante una misma situación.

Funciones ejecutivas

Planificación

Es la capacidad de generar objetivos y desarrollar planes de acción para conseguirlos.

Ejemplo: Cuando un peque va a preparar su mochila para llevar al colegio, la planificación es la encargada de secuenciar los pasos que debemos seguir: primero tengo que meter el estuche, luego el almuerzo…

¿Cómo favorecer su desarrollo? Proponiendo juegos que impliquen conseguir un objetivo concreto siguiendo una secuencia de pasos, como puede ser construir un castillo con bloques, hacer circuitos con diferentes objetos, inventar una historia con coherencia, jugar a “yo soy tu robot y tú me das órdenes”, seguir los pasos de una receta, etc.

Funciones ejecutivas

Toma de decisiones

Se trata del proceso de realizar una elección entre varias alternativas en función de nuestras necesidades, sopesando los resultados y las consecuencias de todas las opciones.

Ejemplo: cuando una niña tiene que elegir si merendar una manzana o un yogur. Esta capacidad le ayuda a decidir lo que quiere y/o necesita, y a poder expresarlo.  

¿Cómo favorecer su desarrollo? Normalmente somos los adultos los que vamos marcando lo que toca hacer en cada momento, o explicamos las normas de un juego. Es importante que ofrezcamos más a menudo la opción a poder elegir o decidir qué se hace a continuación, ofreciendo alternativas válidas y posibles, y favoreciendo la reflexión.

Funciones ejecutivas

Atención

Es un aspecto fundamental que se encuentra en todos los procesos cognitivos nombrados anteriormente. Podemos encontrar varios tipos:

La atención sostenida es la capacidad de mantener nuestro foco de atención en una misma actividad por largos periodos de tiempo.

Ejemplo: Estar centrado en lo que te cuenta un amigo durante todo el tiempo que dure su discurso.

¿Cómo favorecer su desarrollo? Copiando una construcción con bloques siguiendo un modelo; hacer laberintos; buscar un número determinado de diferencias entre dos imágenes; escuchar un cuento, etc.

La atención focalizada es la capacidad para centrar nuestro foco atencional en los estímulos relevantes y necesarios para poder realizar de manera eficaz una actividad específica.

Ejemplo: Que pueda atender a las instrucciones del profesor.

¿Cómo favorecer su desarrollo? Con juegos de búsqueda de objetos en un espacio (búsqueda del tesoro); encontrar personajes o elementos en un cuento o en una lámina; encontrar parejas iguales (memory); buscar diferencias, etc.

La atención dividida es la capacidad de realizar dos tareas de diferente tipo al mismo tiempo, prestando atención a ambas de manera constante.

Ejemplo: Atender al profesor y escribir lo que dice al mismo tiempo.

¿Cómo favorecer su desarrollo? Proponiéndole seguir una secuencia de movimientos mientras se canta una canción; dibujar a los personajes mientras se escucha un cuento, etc.

Funciones ejecutivas

Todas las funciones ejecutivas se activan constantemente en cualquier tarea que llevamos a cabo, por lo que su adecuado desarrollo es fundamental para lograr un buen desempeño en día a día.

Si todavía tienes dudas acerca de cómo favorecer su estimulación en tu peque, no dudes en contactar con tu profesional de referencia.