1. Alimentan la imaginación y la creatividad.

Los cuentos nos permiten ver más allá del mundo real. Las diferentes historias nos transportan a mundos inventados, donde personajes fantasiosos se desenvuelven en situaciones ficticias. Cuanta más variedad de experiencias diversas ofrezcamos, más se estimulará su imaginación.

2. Desarrollan las habilidades lingüísticas.

Al contar cuentos exponemos a los niños a vocabulario nuevo, oraciones variadas, estructuras narrativas ordenadas, y promovemos la interacción al hablar sobre lo que sucede en el cuento.

3. Estimulan su capacidad de percepción, atención y comprensión.

Las historias que se cuentan en los cuentos suelen tener un alto poder de atracción y hacen que los niños muestren curiosidad por saber qué sucede después, alargando así el tiempo de atención. Sus ilustraciones, a su vez, proporcionan apoyo visual para facilitar la comprensión de dicha historia.

4. Ejercitan la memoria.

Para seguir y comprender la historia narrativa de un cuento necesitamos recordar algunos datos fundamentales (personajes, situaciones, detalles concretos…). Gracias a la estructura de los cuentos y a sus imágenes, fomentamos esa retentiva de manera involuntaria.

5. Fomentan el hábito lector y el amor por los libros.

Si contamos cuentos a los niños desde que son pequeñitos verán la lectura como algo divertido y apasionante. Además, si os ven leer a vosotros con frecuencia, papás, va a ser más fácil que quieran imitar vuestro interés por la lectura.

6. Crean conexión y vínculo familiar.

Dedicar unos minutos a contar cuentos con tus hijos, olvidándonos de todo lo demás y prestando atención plena a ese momento, permitirá crear momentos muy agradables y favorecerá vuestra relación padres – hijos.

7. Generan bienestar, tanto para el niño como para el adulto.

Los cuentos nos permiten a los adultos dejar a un lado los problemas del día a día para dar paso a la fantasía, a la imaginación, y nos acerca al niño interior que todos llevamos dentro. Para los niños supone un tiempo de calidad con sus papás, un tiempo de disfrute compartido y, por tanto, un ratito que van a querer repetir con vosotros.

8. Permiten abordar temas que por otros medios no surgen.

Gracias a la variedad de situaciones que nos ofrecen los cuentos, podemos comentar situaciones delicadas, o tratar temas que en el día a día no sabemos cómo afrontar.

9. Trasmiten valores.

La mayoría de los cuentos tienen como trasfondo transmitir un mensaje o moraleja con el que enseñarnos o recordarnos valores como pueden ser el respeto, la amistad, la empatía, etc.

10. Ayudan a acompañar y a gestionar las emociones.

Con frecuencia nos encontramos ante situaciones de desborde emocional que no sabemos cómo afrontar. La literatura infantil respetuosa con la infancia nos ofrece muchas estrategias para que los papás aprendamos a estar presentes en esas emociones, a acompañarlas y a ayudarles a gestionarlas desde la calma y desde el amor incondicional.