28 Octubre, 2024
Abordaje interdisciplinar de los problemas en la alimentación

La alimentación es un pilar fundamental para el buen crecimiento y desarrollo de los peques, y ésta sucede desde los primeros minutos de vida. Sin embargo, con relativa frecuencia, se desencadenan algunas dificultades en ella, y muchas veces no sabéis a qué profesional acudir para que os oriente e intervenga con vuestro hijo/a.
En los Centros de Desarrollo Infantil trabajan diferentes profesionales (psicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas y fisioterapeutas) que, desde su formación y experiencia, pueden ser de gran ayuda en el abordaje de los problemas en la alimentación. A su vez, es necesario tener en cuenta la derivación y/o coordinación con otras disciplinas tales como otorrinolaringólogo, nutricionista, gastroenterólogo o maxilofacial, entre otros. Igualmente, se considera imprescindible la inclusión y colaboración de la familia en el abordaje de cualquier dificultad relacionada con la alimentación.

Desde casa, algunas de las dificultades que podéis detectar relacionadas con la alimentación podrían ser:
- Ingesta restrictiva. “Sólo come triturado.” “Sólo come croquetas o nuggets”. “Sólo come yogures de una marca determinada”. “Antes sí que comía un alimento concreto, pero ahora ya no”.
- Se introduce mucho alimento en la boca. “Mi hijo come con ansiedad”. “Se mete todo el pan de golpe; a veces se mete tanto que hasta vomita”.
- Se atraganta o se enferma con determinados alimentos (sólidos o líquidos). “Tose durante la comida o después de comer”. “Tiene reflujo, o estreñimiento, o le duele la tripa después de comer”. “Vomita a menudo”. “Tiene hipo durante la comida o acumula muchos gases”. “Tiene la piel muy seca”.
- Las comidas son momentos muy estresantes tanto para el niño como para el adulto. “Durante la comida sólo gritamos”. “Tengo que darle la comida mientras ve los dibujos o está distraído, porque si no, no hay manera de que coma”. “No podemos comer fuera de casa”.
- El momento de la comida es demasiado largo. “Se le hace bola la comida, la almacena en los carrillos o debajo de la lengua”. “Una vez se atragantó, y desde entonces ya no quiere comer, o tiene miedo”.
- La lactancia es complicada. “Me duele al darle de mamar.” “Me hace grietas en el pecho.” “No me sube la leche.” “Tengo dudas sobre si debo darle biberón o no, y el tipo de leche.”
- Presenta rigideces ante el lugar donde come. “Sólo come en casa de la abuela”. “Cuando vamos a un restaurante monta una rabieta”. “Sólo quiere un plato o un vaso en concreto”.

Ante la llegada de un niño/a al centro con estas dificultades, es necesario realizar una valoración por parte del equipo multidisciplinar para determinar las causas o el origen de las mismas, y establecer una línea de trabajo acorde a sus necesidades.
A continuación, vamos a detallar de qué manera se enfocan dichas dificultades desde los diferentes servicios:
Área de logopedia
El logopeda, en el ámbito de la alimentación, es el especialista encargado de que se lleve a cabo la deglución de forma segura (sin riesgo de atragantamientos y/o neumonía) y eficaz, evitando la desnutrición y/o deshidratación.
Entendemos por deglución el proceso a través del cual se prepara y se transporta el alimento desde la boca hasta el estómago. Dentro del acto deglutorio se diferencian cinco fases, unas voluntarias y otras involuntarias. Cuando aparece alguna dificultad durante alguna de ellas debido a alguna alteración en la musculatura o en los nervios implicados (problemas de movilidad, fuerza, parálisis, malformaciones, etc.), hablamos de “disfagia”.
El logopeda, tanto en bebés como en niños, se encargará de evaluar cualquier signo de disfagia, y la abordará a través de técnicas facilitadoras y/o compensatorias que garanticen la seguridad y la eficacia del proceso de deglución, siempre coordinándose con los especialistas médicos, y teniendo en cuenta la calidad de vida del niño/a y adaptándose a sus necesidades.
Estas dificultades pueden llegar a suceder desde los primeros días de vida del bebé, por lo que el logopeda neonatal atenderá al recién nacido y lactante durante el proceso de alimentación, colaborando y acompañando a la familia durante la lactancia, tanto si es exclusiva (leche materna) como mixta (leche materna + artificial). El logopeda abordará aquellas dificultades relacionadas con la succión, así como el momento de llevar a cabo la transición a nuevos alimentos: paso del pecho/biberón al triturado/puré, manejo de sólidos, plantear una posible alimentación complementaria, etc.
La intervención logopédica, por tanto, variará en función del tipo de disfagia (líquidos, sólidos o mixta), edad (desde dificultades en la lactancia/bebé hasta el niño de 6 años) y alimentación recomendada por el médico especialista (por boca con adaptación de la consistencia y tipo de dieta, sonda o combinada-mixta).

Área de fisioterapia
La fisioterapia en la alimentación se centra, principalmente, en el buen posicionamiento del niño/a para facilitar el proceso de la alimentación y evitar los problemas comentados anteriormente, como la disfagia y/o posibles atragantamientos.
Los peques con dificultades del desarrollo (prematuridad, síndromes genéticos, parálisis cerebral, etc.) pueden presentar un bajo tono en la musculatura del tronco o una posición del cuello en hiperextensión. En estos casos es fundamental proporcionar un buen control de la cabeza y del tronco para disminuir el esfuerzo que realizan para mantenerse sentados/as, facilitando la manipulación y la deglución.
Para ello, el fisioterapeuta fomenta la correcta alineación del cuerpo en posición sentada:
- Colocando apoyos en la silla o trona donde estén sentados (bajo el culete, en los laterales del tronco, detrás de la cabeza…).
- Proporcionando un apoyo para los pies, evitando que queden colgando.
- En caso necesario, confeccionando un asiento moldeado de yeso a medida del niño/a, con el fin de proporcionarle una base estable que le facilite el proceso alimentación.
- Facilitando otros productos de apoyo que ayuden al control de cabeza en caso de que todavía no lo haya conseguido (head-pod).
Además, junto con el resto del equipo multidisciplinar, colabora para modificar el entorno, fomentando que el niño tenga al alcance de la vista y de la mano los alimentos que va a manipular, e incidirá en la comunicación durante todo el proceso de alimentación (anticipar el alimento y el momento de la comida, que pueda verlo, olerlo, probarlo…).

Área de terapia ocupacional
Cuando no hay una disfunción causada por algún tipo de alteración a nivel orgánico, es el terapeuta ocupacional quien puede ayudar a mejorar la alimentación de los peques.
El comer y deglutir (tragar) es un acto natural y subconsciente, y muchas veces olvidamos que es una habilidad aprendida. Un aspecto importante en la alimentación es la información sensorial que presenta el alimento y el acto de comer, y por supuesto si este tipo de información la detecta o no nuestro cuerpo, o de qué manera lo hace.
Otros factores importantes que contribuyen a este aprendizaje son el desarrollo motor grueso y fino (control postural, coordinación óculo-manual, agarre…), los métodos de presentación de la comida, y los tipos de comida ofrecidos.
Cuando un niño/a no quiere comer, será necesario efectuar una valoración tanto a nivel corporal como intraoral para conocer cómo su sistema nervioso está percibiendo esas sensaciones, y a partir de ella, se puede trabajar de manera específica para favorecer el correcto desempeño en la alimentación. Gracias a esta valoración se puede determinar si presenta hipersensibilidad alimentaria, un bajo registro oral, etc.
Por ejemplo, una niña que no come fresas puede ser porque le resultan aversivas al tener diferentes texturas (pepitas, líquido…), o porque no sabe manejarlas dentro de su boca por una baja conciencia intraoral (bajo registro), o porque le resulta muy desagradable su olor y le provocan respuestas vagales…
Desde la terapia ocupacional, por tanto, se hace un análisis tanto de la actividad de comer como de los alimentos para poder trabajar las habilidades especificas necesarias, y orientar a la familia en el proceso de alimentación.
El objetivo como terapeutas ocupacionales es conseguir aumentar el repertorio de alimentos ingeridos, la autonomía en la alimentación, la adaptación e implementación de ayudas técnicas, si fuera preciso, tanto del entorno como de los instrumentos necesarios para llevarla a cabo, y la participación en las actividades propias de la infancia, como por ejemplo asistir a una merienda de cumpleaños, ser usuario del comedor escolar, acudir a comidas familiares…

Área de psicoterapia
Comer es un acto fisiológico y necesario para que los peques se desarrollen de forma normalizada y saludable. Pero el hábito de la alimentación va más allá, porque también juegan un papel importantísimo los factores emocionales y vinculares de toda la familia.
En terapia nos encontramos con frases como “Sólo quiero comer tranquilamente y en familia” o “Temo el momento de la cena, es todo un caos.” Para algunas familias, el momento de sentarse alrededor de una mesa a comer les genera mucho estrés y malestar, y dichas situaciones pueden llegar a ser tan angustiosas que a veces condicionan la organización de todo el día.
Los psicólogos evalúan e identifican los hábitos y rutinas que la familia realiza en torno a la alimentación, y desde ahí, proporcionan pautas y orientación para poder reajustar las problemáticas conductuales y emocionales que impactan de forma directa en la alimentación de los peques.

Por tanto, el abordaje de los problemas en la alimentación se llevará a cabo desde una vertiente profesional u otra en función de las características que tengan dichas dificultades. Si te encuentras en una situación complicada respecto a la alimentación de tu peque, no dudes en consultar con tu profesional de referencia para recibir las orientaciones necesarias.