Acudir a la consulta de ginecología es un obstáculo mayúsculo para muchas mujeres con discapacidad física. La falta de espacios amplios, de camillas adaptadas y de grúas para transferir a la paciente suponen importantes barreras a la hora de someterse a revisiones, ecografías y seguimiento de embarazos. Por estas u otras razones, la realidad es que en España «una de cada tres mujeres con discapacidad no ha sido explorada nunca en una consulta ginecológica». Así lo aseguró la doctora Adelina Salazar en la conferencia ‘Ginecología y discapacidad’, organizada por la Clínica HLA Montpellier y Fundación Dfa.

Alrededor de medio centenar de personas se dieron cita en el salón de actos del centro hospitalario. Ambas entidades pretendían crear conciencia acerca de las dificultades que tienen que afrontar las mujeres con discapacidad a la hora de acceder a revisiones ginecológicas periódicamente. En Aragón hay 57.000 personas en esta situación. «El primer problema al que se enfrentan es la carencia de un plan o protocolo de formación que impide que estas personas puedan ser atendidas de forma adecuada en una consulta», comentó Salazar.

El miedo o la vergüenza, considerar que no es necesario o bien la no derivación desde Atención Primaria son algunas de las circunstancias por las que muchas mujeres con discapacidad no reciben atención ginecológica. Aunque quizá, la más importante, según la doctora, es la ausencia de recursos adecuados: «Nos referimos a la falta de camilla adaptada, a la formación del personal humano o a la poca empatía del mismo».

La especialista puso de relieve la importancia de completar las revisiones ginecológicas, «ya no por una necesidad netamente curativa, sino también de forma preventiva».

Marina Joven, terapeuta ocupacional y voluntaria de Dfa, tomó el testigo para reconocer que «es difícil encontrar según qué tipo de documentación e información especializadas en el tema de la discapacidad porque, por desgracia, no se nos ha tenido en cuenta como debería».

Joven se refirió a las barreras «biomédicas» y se acordó de la «falta de acompañamiento adecuado» que notó en cuanto a su salud sexual, tras sobrevenirle la discapacidad. Pero, yendo un poco más allá, quiso poner el foco en las barreras arquitectónicas. Como ejemplos, propuso «bajar y hacer graduables las camillas de exploración y poner grúas en las consultas de ginecología».

También incidió en la formación del personal sociosanitario para el acompañamiento en la consulta. «No debería ser así porque soy una mujer con el mismo derecho que el resto de acceder a un recurso de salud sexual y reproductiva», comentó Joven. 

El director de la Clínica HLA Montpellier, Alfredo Pérez Lambán, y la presidenta de Fundación Dfa, Marta Valencia, acompañaron a la Dra. Salazar y Marina Joven.

Desde Amanixer, asociación aragonesa de mujeres con discapacidad, se ha reivindicado y, finalmente impulsado, un servicio de ginecología accesible en todo Aragón y, en septiembre de 2023 comienza este servicio de ginecología accesible zaragoza, liderado por Marta Padín en el Centro de Especialidades del Inocencio Jiménez de Zaragoza.