Por tercer año consecutivo, Amanixer, en colaboración con Fundación Dfa, desarrolla el proyecto ‘Diversas y sin miedo’. La iniciativa pone a disposición de chicas jóvenes con discapacidad y sus familias una herramienta que pretende favorecer el empoderamiento y la prevención de la violencia.

Un día al mes, nueve adolescentes de entre 9 y 13 años acuden hasta la sede de Fundación Dfa, en la calle José Luis Pomarón, para abordar cuestiones que les preocupan y que tienen que ver, en muchos casos, con las relaciones con las demás personas y con su propio autoconocimiento. En estas sesiones dinámicas se pone el foco en la construcción de una identidad propia, el manejo de las emociones, la detección de relaciones tóxicas, el desarrollo de redes de protección y la identificación de violencia de cualquier tipo.

La franja de edad de las participantes se ha reducido con respecto a años anteriores, por lo que la novedad más importante gira en torno al enfoque de estas sesiones. «En estas edades es habitual carecer de herramientas para relacionarse de manera óptima y tampoco se es lo suficientemente consciente como para detectar situaciones de riesgo y enfrentarse a ellas; por eso estamos centrándonos sobre todo en la parte social», explica Sofía Martínez, psicóloga y coordinadora de la actividad. Ella se encarga de proporcionar la información y de prestar la atención adecuada a un grupo que se ha triplicado en el reinicio de este curso. 

«En estas sesiones incidimos en que hay que saber rechazar determinadas situaciones, no solo en un aspecto como pueda ser el sexual, sino en todos los ámbitos de la vida»

Amanixer y Fundación Dfa contribuyen de esta forma a luchar contra la violencia hacia las mujeres vulnerables. Consideran la prevención como eje fundamental y la educación como vía a través de la cual evitar situaciones un tanto desagradables. «Un problema generalizado es no saber decir no en un momento dado por miedo a reacciones que piensan que les pueden perjudicar. Para solucionarlo, incidimos en que hay que saber rechazar determinadas situaciones, no solo en un aspecto como pueda ser el sexual, sino en todos los ámbitos de la vida», revela Martínez.