23 Octubre, 2017

Accesibilidad, Barreras y Urbanismo

Accesibilidad, Barreras y Urbanismo
El pasado 18 de octubre participamos en la jornada “Accesibilidad, Barreras y Urbanismo” organizada por el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón (COAA) en el Centro Joaquín roncal de Fundación CAI con el objetivo de concienciar sobre la importancia de la accesibilidad universal y la eliminación de barreras en el urbanismo de nuestras ciudades.La mesa estuvo moderada por el arquitecto Fernando García Monzón, y en ella participaron Manuel Martí, técnico de rehabilitación de ONCE, la socióloga Laura Moya, del colectivo Mundo Crip, y Gema Usieto, técnico en accesibilidad de Fundación DFA.Manuel Martí comenzó denunciando que “a veces es el propio medio el que provoca la discapacidad” por su inaccesibilidad. “La accesibilidad no es una concesión, es un derecho. Es necesario ir más allá de la normativa. No basta con cumplir. Los profesionales deben conocer la discapacidad y asumir el ‘diseño para todos’ como algo esencial”, añadió. “La accesibilidad es algo que nos incumbe a todos, ya que todos nos beneficiamos de las mejoras. Los proyectos se hacen ‘para ver’, no ‘para usar’”, afirmó Martí.Entre las barreras más comunes en el ámbito de la discapacidad visual, Martí destacó la poca iluminación, la falta de contrastes, de información, los obstáculos, la señalización o la falta de protección.Por su parte, Gema Usieto expuso algunos ejemplos de malas prácticas, entre las que destacan por su número las rampas mal ejecutadas y deficientes, que suponen más un problema que una solución, y siempre han de instalarse con una superficie antideslizante.O los accesos por puertas separadas para las personas con movilidad reducida, los pasos de peatones sin rebajar y los alcorques sin proteger en aceras estrechas.También destacó como errores comunes en espacios públicos los bancos sin respaldo ni reposabrazos, o la falta de fuentes accesibles junto a fuentes ornamentales.En cuanto a los edificios históricos, Usieto señaló La Lonja como ejemplo de que “si se quiere, se puede instalar una rampa bien ejecutada. Algo que contrasta con edificaciones modernas, como el Centro Cívico Santiago Escartín, de Huesca, con una rampa incorrecta instalada.Sobre las escaleras, la técnico de Fundación DFA destacó que para ser accesible ha de tener instalado un pasamanos a ambos lados, y los escalones destacados visualmente. Y en lo que respecta a los baños adaptados, deben tener espacio suficiente para realizar la transferencia. Algo que es un error recurrente.Por último, Usieto puso como ejemplo de urbanismo accesible la información visual y sonora, los mostradores a una altura correcta o los contenedores con doble acceso, y denunció los problemas de altura de los elementos de la vivienda, como interruptores, llaves de paso, o el portero automático. “Otro clásico de la accesibilidad inexistente”, concluyó.Por último, Laura Moya comenzó su exposición afirmando que “nos centramos en uno de los sentidos, algo que nos empobrece. Eso es el ocularcentrismo: la hegemonía del sentido de la vista, algo que genera una arquitectura narcisista y nihilista. Los sentidos interactúan unos con otros”.